El "Te Amo" del alma en la Divina Voluntad.

Imagen de Mariu
Continuando mi habitual estado, apenas se hacía ver mi siempre amable Jesús, pero tan afligido que daba piedad, yo le he dicho: “¿Qué tienes Jesús?” Y Él: “Hija mía, habrán y sucederán cosas imprevistas, de improviso y estallarán revoluciones por todas partes. ¡Oh, cómo empeorarán las cosas!” Y todo afligido ha quedado en silencio. Y yo: “Vida de mi vida, dime otra palabra”. Y Jesús, como si me infundiera su aliento ha agregado: “Te amo”. Pero en aquel “te amo” parecía que todos, y todas las cosas recibieran nueva vida, y yo he repetido: “Jesús, dime otra palabra aún”. Y Él: “Palabra más bella no podría decirte que un te amo, este mi te amo llena Cielo y tierra, circula en los santos, y reciben nueva gloria; desciende en los corazones de los viadores, y quién recibe gracia de conversión, quién de santificación; penetra en el Purgatorio, y como benéfico rocío cae sobre las almas, y sienten refrigerio; los mismos elementos se sienten investir de nueva vida en el fecundar, en el crecer, así que todos advierten el te amo de tu Jesús. ¿Y sabes cuándo el alma se atrae un te amo mío? Cuando fundiéndose en Mí toma la actitud divina, y perdiéndose en Mí hace todo lo que hago Yo”. Y yo: “Amor mío, muchas veces resulta difícil tener siempre esta actitud divina”. Y Jesús: “Hija mía, lo que el alma no puede hacer siempre con sus actos inmediatos en Mí, puede suplirlo con la actitud de su buena voluntad, y Yo la estimaré tanto, que me haré centinela vigilante de cada pensamiento, de cada palabra, de cada latido, etc., y me los pondré en cortejo dentro y fuera de Mí, mirándolos con tal amor, como fruto del buen querer de la criatura. Cuando después el alma fundiéndose en Mí hace sus actos inmediatos Conmigo, entonces me siento tan atraído hacia ella que hago junto con ella lo que ella hace, y cambio en divino el obrar de la criatura; Yo llevo cuenta de todo y premio todo, aún las más pequeñas cosas y hasta un solo acto bueno de voluntad no queda defraudado en la criatura”. Marzo 28 de 1917

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