Efectos de un solo acto hecho en la Divina Voluntad

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Jesús quiere establecer la Ley de su Voluntad.                                                                                                                                  Efectos aun de un solo acto hecho en Ella.

Me sentía inmersa en el Querer Divino y pensaba entre mí:  “Quién sabe cuántas otras cosas de su Voluntad dirá mi dulce Jesús a otras almas, si a mí que soy tan indigna e incapaz me ha dicho tanto, quién sabe cuántas cosas más sublimes dirá a otras, que son más buenas que yo”.  Y mi amable Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, toda la ley y los bienes de la Redención fueron escritos por Mí y depositados en el corazón de mi amada Mamá.  Era justo que, como fue Ella la primera que vivió en mi Querer y por eso me atrajo del Cielo y me concibió en su seno, conociera todas las leyes y fuera depositaria de todos los bienes de la Redención, y no agregué ni una coma de más, y no porque fuese incapaz, cuando saliendo a mi vida pública la manifesté a las gentes, a los apóstoles; y los mismos apóstoles y toda la Iglesia nada han agregado de más de lo que dije e hice Yo cuando estuve en la tierra. 

Ningún otro evangelio ha hecho y ningún otro Sacramento de más ha instituido la Iglesia, sino que gira siempre alrededor de todo lo que Yo hice y dije.  Quien es llamado por primero es necesario que reciba el fondo de todo el bien que quiero hacer a todas las generaciones humanas; es cierto que la Iglesia ha comentado el Evangelio, ha escrito mucho sobre todo lo que Yo hice y dije, pero jamás se ha alejado de mi fuente, del origen de mis enseñanzas. 

Así será de mi Voluntad, Pondré en ti el fondo de la ley eterna de mi Querer, lo que es necesario para hacerla comprender y las enseñanzas que se necesitan, y si la Iglesia se extenderá en las explicaciones y en los comentarios, no se alejará jamás del origen, de la fuente constituida por Mí, y si alguno querrá apartarse, quedará sin luz y en la oscuridad más densa, y estará obligado, si quisiera luz, a regresar a la fuente, esto es a mis enseñanzas”.

 Yo, al oír esto he dicho:  “Dulce amor mío, cuando los reyes establecen las leyes llaman a los ministros como testigos de las leyes que establecen para depositarlas en sus manos, a fin de que las publiquen y las hagan observar por los pueblos.  Yo no soy ministro, es más, soy tan pequeña e incapaz que no soy buena para nada”.

 Y Jesús ha agregado:  “Yo no soy como los reyes de la tierra que se las entienden con los grandes, Yo prefiero entendérmelas con los pequeños, porque son más dóciles y nada se atribuyen a ellos, sino todo a mi bondad. Sin embargo también Yo he elegido a un ministro mío que te asista en este tu estado, y por cuanto me has pedido que te liberara de su venida diaria, no te he prestado atención, y aunque tú no estuvieras más sujeta a recaer en ese estado, Yo no permitiré que te falte su asistencia.  Era esta la causa por la que era necesario que tuviera un ministro mío que estuviera al día de la ley de mi Voluntad, y conociendo mis enseñanzas fuese testigo y depositario de una ley tan santa, y como fiel ministro mío publique en mi Iglesia el gran bien que quiero hacer a Ella, con hacer conocer mi Voluntad”.

Entonces he quedado tan sumergida en el Divino Querer, que me sentía como si nadara en un mar inmenso y mi pobre mente se perdía, y dónde tomaba una gotita de la Voluntad Divina, y dónde alguna otra, y fluían tanto los conocimientos de Ella, que mi capacidad era impotente para recibirlos todos, y entre mí decía: 

“¡Cómo es grande, profundo, alto, inmenso, santo tu Querer, oh Jesús mío!  Tú quieres poner junto todo lo que a Él pertenece, y yo siendo pequeña me ahogo en Él.  Por eso si quieres que comprenda lo que quieres hacerme entender, infúndelo en mí poco a poco, así podré manifestarlo a quien Tú quieres”.

Y Jesús:  “Hija mía, ciertamente que es inmensa mi Voluntad, Ella contiene toda entera la eternidad.  Si tú supieras todo el bien que contiene aun una sola palabra sobre mi Voluntad y un solo acto hecho por la criatura en Ella, quedarías aturdida, en ese acto toma como en un puño Cielo y tierra.  Mi Querer es vida de todo y corre por todas partes, y la criatura junto con mi Querer corre en cada afecto, en cada latido, en cada pensamiento y en todo lo demás que hacen las criaturas; corre en cada acto del Creador, en cada bien que hago, en la luz que mando a la inteligencia, en el perdón que concedo, en el amor que envío, en las almas que enfervorizo, en los bienaventurados que beatifico, en todo; no hay bien que hago, ni punto de la eternidad en el cual no tenga su pequeño lugarcito. 

¡Oh! cómo me es querida, cómo me la siento inseparable, es la verdadera fiel compañera de mi Voluntad, sin dejarla jamás sola.  Por eso corre en Ella y tocarás con la mano lo que te digo”.

(7) Y mientras esto decía me arrojaba en el mar inmenso de su Querer, y yo corría, corría, ¿pero quién puede decirlo todo?  Tocaba todo, corría en todo, tocaba con la mano lo que Jesús me decía, pero no sé ponerlo en el papel; si Jesús quiere me dará más capacidad, por eso por ahora pongo punto...                          (Vol. 16 del 24 de feb. de 1924)

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<p>Muchas gracias, muy bonitos mensajes, me ayudan mucho.</p>