La Creación debía servir de paraíso terrestre a la familia humana

Imagen de Mariu
El “Fiat” Divino está en cada cosa creada para darle vida y llenarla de las perfecciones de Dios, como otras tantas lecciones de vida al hombre.
Para saber qué hace el Querer Divino hace falta dar vueltas o “girar” en El.

 

Estaba haciendo mi acostumbrado giro en toda la Creación para poder amar, glorificar, como ama y glorifica el mismo Fiat Divino en todas las cosas creadas.

Pero mientras esto hacía pensaba entre mí: “Mi dulce Jesús me hace girar por toda la Creación, como para alcanzar su Voluntad en todos sus actos, hacerles compañía, darles un mi te amo, un gracias y un te adoro, y pedirle que pronto venga su reino, pero yo no sé todo lo que hace este Fiat Divino en cada cosa creada, quisiera saberlo a fin de que uno sea mi acto con el suyo.” Ahora, mientras esto pensaba, mi siempre amable Jesús, todo bondad ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:

 


“Es justo que la pequeña hija de mi Querer sepa lo que hace Aquél de donde ha salido su origen. Tú debes saber que mi Fiat Eterno no sólo llena toda la Creación y es vida de cada cosa creada, sino que tiene esparcidas todas nuestras cualidades en todo lo creado, porque la Creación debía servir de paraíso terrestre a la familia humana, y por lo tanto debía ser el eco de las bienaventuranzas y felicidades del Cielo; si no hubiera contenido las alegrías y contentos de la patria celestial, ¿cómo podía formar la felicidad de la patria terrestre?  

Mucho más que una era la Voluntad, tanto la que beatificaba el empíreo como la que debía hacer feliz la tierra.

 

 

Ahora, ¿quieres saber qué cosa hace mi Voluntad en el cielo, en aquel azul que se ve siempre firme y extendido sobre la cabeza de todos y no hay punto en que no se vea el cielo, de noche y de día está siempre en su puesto?

Mira, nuestra Voluntad tiene esparcida nuestra eternidad, nuestra firmeza que jamás se cambia, está siempre en su equilibrio perfecto, que por ninguna circunstancia se cambia jamás, y mientras ama glorifica nuestra eternidad, nuestro Ser inmutable, hace feliz a la tierra y dice al hombre:

‘Mira, toma por modelo el cielo que está siempre extendido sobre tu cabeza, sé siempre firme en el bien como lo soy Yo, siempre extendida aquí para protegerte, a fin de que también tú como segundo cielo que está poblado de estrellas, que a tu ojo te parecen tan unidas al cielo que se puede decir que las estrellas son hijas del cielo, así también tú si eres firme en el bien, el cielo de tu alma será poblado de estrellas, como tantos partos e hijas tuyas.’

Así que haciendo tu giro en la Creación, cuando llegues al cielo, también tú, unida con nuestra Voluntad ames y glorifiques nuestra eternidad, nuestro Ser inmóvil que jamás se cambia, y pídele que haga firmes a las criaturas en el bien, a fin de que sean el reflejo del cielo y gocen la felicidad que lleva un bien continuado y jamás interrumpido.”

 


Después siguiendo tu giro en el espacio de la Creación llegarás al sol, astro del cielo más cercano a la tierra, para llevar a las criaturas la fuente de la felicidad terrestre y las similitudes de las bienaventuranzas y gustos de la felicidad de la patria celestial.

¿Quieres tú entonces saber qué hace mi Voluntad en el sol?

Glorifica nuestra luz interminable, nuestros gustos innumerables, ama y glorifica la infinitud de nuestras dulzuras, las indescriptibles tintas de nuestras bellezas, y con su calor hace eco a nuestro inmenso Amor.

¡Oh! cómo nos exalta el sol, ama y glorifica nuestro Ser Divino, y así como nuestra Divinidad develada beatifica con actos siempre nuevos toda la patria celestial, así el sol, eco fiel de su Creador, portador celeste de la Majestad Suprema velada por su luz, en la cual mi Voluntad domina y reina, lleva a la tierra la felicidad terrestre, lleva su luz y su calor, lleva la dulzura y los gustos casi innumerables a las plantas, a las hierbas, a los frutos, lleva el color y el perfume a las flores y tantas variadas tintas de belleza que hacen feliz y embellecen toda la naturaleza.

¡Oh! cómo ofrece el sol, más bien mi Voluntad en el sol, por medio de las plantas, de los frutos, de las flores, a las generaciones humanas la verdadera felicidad terrestre, y si no la gozan plenamente es porque se han separado de aquella Voluntad que reina en el sol, y la voluntad humana poniéndose en contra de la Divina destruye su felicidad. Y mi Voluntad velada en la luz del sol, dice al hombre desde la altura de su esfera, mientras ama y alaba nuestras cualidades divinas:

‘Sé siempre luz como lo soy Yo en todo lo que tú haces, a fin de que la luz te convierta todo en calor y llegues a ser como una sola llama de amor para tu Creador; mírame, con ser Yo siempre luz y calor poseo la dulzura, tan es verdad que la comunico a las plantas y de las plantas a ti; también tú, si eres siempre luz y calor poseerás la dulzura divina, no tendrás más hiel y coraje en tu ánimo, poseerás los gustos y las varias tintas de las bellezas del Ser Supremo, serás sol al igual que Yo, mucho más que Dios ha hecho este sol para ti, y tú has sido hecho para Él, por lo tanto es justo que seas más que sol.’ Ves hija mía cuántas cosas tienes que hacer unida con mi Voluntad en esa esfera del sol, tienes que alabar, amar y glorificar nuestra luz, nuestro Amor, nuestras infinitas dulzuras, nuestros gustos innumerables y nuestra belleza incomprensible, y tienes que conseguir a las criaturas todas las cualidades divinas que contiene el sol, a fin de que mi Voluntad encontrando las cualidades divinas, en medio de ellas venga a reinar develadamente con su pleno triunfo en medio de las generaciones humanas.

 

 

Y ahora hija mía, descendamos a la parte baja de la tierra, pongámonos en el mar donde están acumuladas masas de aguas cristalinas, símbolo de la pureza divina; estas aguas caminan siempre, no se detienen jamás, no tienen voz y murmuran, no tienen vida y son fuertes, de modo que forman tan altas sus olas que arrollan y hacen pedazos naves, gentes y cosas, y después que han destruido las cosas que han investido, descienden pacíficas en su playa, como si nada hubieran hecho, continuando su acostumbrado murmullo.

¡Oh! cómo mi Voluntad en el mar alaba, ama y glorifica nuestra Potencia, nuestra Fuerza, nuestro movimiento eterno que jamás se detiene, y si nuestra Justicia forma sus justas olas fragorosas para destruir ciudades y gentes, como mar pacífico después de la tempestad nuestra paz jamás es perturbada, y mi Voluntad velada por las aguas del mar le dice al hombre:

‘Sé puro como estas aguas cristalinas, pero si quieres ser puro camina siempre hacia el Cielo, de otra manera te corromperías como se corromperían estas aguas tan puras si no caminaran siempre; el murmullo de tu oración sea continuo si quieres ser fuerte y potente a la par de Mí, si quieres echar por tierra a los más fuertes enemigos y a tu voluntad rebelde que me impide develarme y salir de este mar para venir a reinar en ti y extender en ti el mar pacífico de mi Gracia.’

¿Será posible que quieras estar por debajo de este mar que tanto me glorifica?

También tú alaba, ama y glorifica nuestra Pureza, nuestra Potencia, Fuerza y Justicia, unida con mi Voluntad que te espera en el mar como a hija suya, nuestro movimiento eterno hacia las criaturas para hacerles el bien, el murmullo continuo de nuestro Amor por medio de las cosas creadas, que mientras murmura amor, quiere la correspondencia continua del murmullo del amor continuo de las criaturas, y pide a mi Voluntad que les de las cualidades divinas que ejercita en el mar, a fin de que venga a reinar en medio de aquellos que la tienen rechazada en toda la Creación. Por eso si quieres saber qué cosa hace mi Voluntad en toda la Creación, gira en ella, y mi Fiat encontrando a su hija en todas las cosas creadas, se develará y te dirá lo que hace la Divina Majestad y la llamada y las lecciones que quiere dar a las criaturas.”

Volumen 20, Noviembre 1, 1926