¿Reconoces tu cruz?

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Cuando Jesús nos dice: "TOMA TU CRUZ Y SÍGUEME" ¿Que entiendo por MI CRUZ? 

VATICANO, 13 Sep. 15 / 06:10 am (ACI).- Desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico, el Papa Francisco recitó el rezo del Ángelus y ofreció algunas claves de las lecturas de la Misa del día. Aseguró que “seguir a Jesús significa tomar la propia cruz para acompañarlo en su camino” que no es “el del éxito” pero sí conduce a la “libertad del egoísmo y del pecado”. También invitó a rechazar la “mentalidad mundana que pone al propio yo” en el centro de la existencia y a ser humildes. El Papa Francisco manifestó que “seguir a Jesús significa tomar la propia cruz para acompañarlo en su camino, un camino incómodo que no es el del éxito o el de la gloria terrena, sino el que conduce a la verdadera libertad, la libertad del egoísmo y del pecado”.

“Se trata de rechazar la mentalidad mundana que pone al propio ‘yo’ y a los propios intereses en el centro de la existencia, y de perder la propia vida por Cristo y el Evangelio para recibirla renovada y auténtica”.

Texto tomado del Libro       "Las Horas de la Pasión"         de las 10 a las 11 de la mañana       DECIMAOCTAVA HORA                         Jesús abraza la cruz:  "Cruz adorada, por fin te abrazo...      Tú eras el suspiro de mi Corazón, el martirio de mi Amor; pero tú, oh Cruz, tardaste hasta ahora, en tanto que mis pasos siempre se dirigían hacia ti...      Cruz Santa, tú eras la meta de mis de mis deseos, la finalidad de mi existencia acá abajo.     En ti concentro todo mi ser; en ti pongo a todos mis hijos...      Tú serás su vida y su luz, su defensa, su protección, su fuerza...       Tú los sostendrás en todo y me los conducirás gloriosos al Cielo.      Oh Cruz, cátedra de Sabiduría, sólo tú enseñarás la verdadera santidad, sólo tú formarás los héroes, los atletas, los mártires, los Santos...      Cruz hermosa, tú eres mi trono, y teniendo Yo que abandonar la tierra, quedarás tú en mi lugar...      A ti te entrego en dote a todas las almas:      ¡Custódiemelas, sálvamelas... te las confío!".

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,13-17):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
 

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

 

Leer el comentario del Evangelio por San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilía 1ª sobre la Cruz y el Ladrón; PG 49, 399-401

 

"También es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, (...) para que todo el que cree en él no muera"

    ¡Cristo está hoy en fe cruz y nosotros celebramos fiesta! ¡Para que conozcas que la Cruz es fiesta y solemnidad espiritual! Anteriormente la cruz era cosa de condenación; pero ahora, en cambio, ha venido a ser cosa de honra. Anteriormente era seña] de condenación; actualmente lo es de salvación. Ella nos ha sido causadora de innumerables bienes. Ella nos libró del error; ella nos iluminó cuando estábamos sentados en las tinieblas; ella nos reconcilió con Dios cuando ya estábamos vencidos, y de enemigos nos hizo sus domésticos, y de alejados nos hizo vecinos de Dios. Ella es destrucción de la enemistad, guardiana de la paz, tesoro de bienes infinitos.

 

    Por ella no vagamos ya en los desiertos, porque hemos conocido el camino verdadero; ya no vivimos fuera del palacio, pues hemos encontrado la puerta; no tememos los dardos encendidos del diablo, porque hemos encontrado la fuente. Por la cruz ya no estamos en viudedad, pues hemos recibido al Esposo; no tememos al lobo, pues hemos encontrado al Pastor. Por la cruz no tememos ya al tirano, pues estamos al lado del Rey. 

 

    Y por esto, al celebrar la memoria de la Cruz, hacemos fiesta por la Cruz: “¡Celebrémosla, dice Pablo, no con la vieja levadura, sino con ázimos de pureza y de verdad.” (1Co 5,8) Y luego, añadiendo la causa, prosigue así: “¡Porque nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido inmolado!” ((1Co 5,7).